Sobre Mi
Mi Historia
Mi nombre es Onofre Alarcón, y mi vida ha estado ligada al pincel desde la infancia. Crecí al lado de mi padre -artista plástico y maestro belenista—, quien me enseñó a mirar el mundo con ojos de artista, una mirada que nunca me ha abandonado. Aunque me formé profesionalmente como decorador y diseñador gráfico, la pintura fue siempre mi lenguaje natural. Me considero un artista intuitivo y autodidacta, que crea desde la emoción, sin fórmulas ni academicismos, dejando que el trazo, la mancha y el color guíen la expresión. Mi obra se despliega en varias líneas que dialogan entre sí y se enriquecen mutuamente:
Por un lado, el neoexpresionismo espontáneo, donde el gesto libre, la materia y la emoción cruda son protagonistas.
Por otro, el neorupestrismo, una propuesta personal que revive el arte rupestre desde una visión contemporánea y simbólica. En esta línea, conviven trazos ancestrales, escenas atávicas y símbolos de culturas imaginarias o perdidas, invitando al espectador a viajar entre tiempos, territorios y dimensiones.
Pero si hay un lugar donde habita el alma de mi obra, es en mis marinas. Como artista alicantino, el Mediterráneo no es solo un paisaje, sino una fuente vital y constante de inspiración. Cuando pinto el mar, lo hago con la naturalidad, la intensidad y el ritmo de una respiración profunda. Mi deseo es que puedas no solo verlo, sino también escucharlo, sentirlo e incluso olerlo. Los azules, verdes, blancos y ocres son los colores donde encuentro su fuerza, su memoria y su libertad. Cada marina es, para mí, un encuentro íntimo con el mar.
Junto a las marinas, desarrollo también bodegones cargados de presencia y abstracciones gestuales que comparten la frescura de un trazo directo, la riqueza táctil de las texturas y la fuerza emocional del color. Tampoco olvido el placer de pintar al óleo, técnica noble que me ha acompañado desde siempre y a la que vuelvo una y otra vez con respeto y pasión.
Muchas de mis obras han viajado y encontrado hogar en más de catorce países de Europa, lo que representa para mí una motivación profunda para seguir explorando, evolucionando y compartiendo mi universo pictórico.
Mi firma, O.A., es más que una rúbrica: es la huella
que dejo en cada cuadro, un pequeño faro que señala mi paso y mi voz en la superficie de la pintura.
Onofre Alarcón · O.A.
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