“Zarko Neón” nació desde la libertad absoluta, desde ese impulso interior que me conecta con el niño que fui, cuando llenaba libretas sin pensar, dejándome llevar por la intuición y el gesto. Pinto este tipo de obras desde ese mismo lugar: el de la imaginación más pura, donde los colores se transforman en emociones y las formas cobran vida como criaturas que respiran dentro de mi mente.
Zarko forma parte de mi colección FishNeon, una serie en la que cada pez tiene su carácter, su historia y su energía única. En su caso, representa la curiosidad y la fuerza interior, un ser que brilla por sí mismo en un océano simbólico lleno de movimiento y misterio. Trabajo con acrílicos en capas, permitiendo que los tonos eléctricos —verdes, naranjas y magentas— se mezclen de manera espontánea, generando contrastes que vibran como luces submarinas.
No busco el realismo, sino la emoción y el ritmo. Quiero que quien mire esta obra sienta la alegría, el dinamismo y la energía vital que habitan en cada trazo. “Zarko Neón” es, para mí, una metáfora de la creatividad libre y luminosa que me guía siempre: la necesidad de pintar sin reglas, solo impulsado por el deseo de crear.
O.A