«Alicante coast» nace de mi deseo de capturar la esencia de la costa que tanto amo, la que con orgullo llamamos la millor terreta del món. Pintar esta marina es para mí una experiencia sensorial. Quiero que el espectador sienta la brisa salada sobre la piel, que perciba el eco de las olas rompiendo suavemente y que respire el aroma del Mediterráneo que tantas veces me acompaña. Además, cada trazo y cada salpicadura de color funcionan como un puente entre orden y espontaneidad, entre contemplación y movimiento.
El velero que surca el horizonte no es solo un motivo pictórico. Es también símbolo de libertad, de viaje y de pertenencia. Las líneas gestuales que atraviesan el lienzo registran el pulso del mar, sus corrientes invisibles y su vida interior. Así, cada gesto convierte la superficie en memoria viva: fragmentos de tiempo atrapados en color capaces de despertar recuerdos y emociones.
Con esta obra busco que el espectador se lleve un pedazo de Alicante a su espacio. De este modo, el mar no se limita al lienzo, sino que continúa en la imaginación, en los sentidos y en el corazón. Cada mirada se transforma en un instante compartido con la costa.
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